Mediadores en conversaciones de Gaza presionan para garantizar una tregua, dice Israel
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Vista del lugar de un ataque aéreo israelí contra un edificio, en medio del actual conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás, en Ráfah, en el sur de la Franja de Gaza. 9 de marzo de 2024. REUTERS/Mohammed Salem
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Por Nidal al-Mughrabi y Bassam Masoud
EL CAIRO/RÁFAH, GAZA, 9 mar (Reuters) -La agencia de inteligencia israelí Mossad dijo el sábado que prosiguen los esfuerzos para lograr un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás en Gaza, a pesar de que las esperanzas de una tregua durante el mes sagrado musulmán del Ramadán han disminuido.
El jefe del Mossad, David Barnea, se reunió el viernes con su homólogo estadounidense, William Burns, para promover un acuerdo que permita la liberación de los rehenes, dijo el Mossad en un comunicado distribuido por la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
«Los contactos y la cooperación con los mediadores continúan todo el tiempo en un esfuerzo por reducir las diferencias y llegar a acuerdos», dijo el Mossad.
Israel y Hamás, el grupo islamista militante que gobierna el enclave palestino, han intercambiado reproches por el aparente estancamiento de las conversaciones en vísperas del Ramadán, que comienza alrededor del 10 de marzo.
Una fuente de Hamás dijo a Reuters que era «improbable» que la delegación del grupo realizara otra visita a El Cairo durante el fin de semana para mantener conversaciones.
Egipto, Estados Unidos y Qatar llevan mediando en las negociaciones de la tregua desde enero. El último acuerdo condujo a una pausa de una semana en los combates, en noviembre, durante la cual Hamás liberó a más de 100 rehenes e Israel liberó al triple de prisioneros palestinos.
Hamás culpa a Israel del estancamiento de las negociaciones para un alto el fuego más prolongado y la liberación de 134 rehenes que se cree que siguen retenidos en Gaza, alegando que se niega a dar garantías para poner fin a la guerra o retirar sus fuerzas del enclave.
El Mossad dijo que Hamás se estaba atrincherando y pretendía que la violencia en la región entrara en una espiral durante el Ramadán. Funcionarios israelíes han afirmado que la guerra sólo terminará con la derrota de Hamás, cuyas exigencias Netanyahu ha calificado de «delirantes».
El sábado, en una declaración con motivo del Ramadán, Ismail Haniyeh, jefe de Hamás, prometió que los palestinos seguirían luchando contra Israel «hasta que recuperen la libertad y la independencia».
Cinco meses después del inicio de la ofensiva aérea y terrestre israelí contra Gaza, las autoridades sanitarias afirman que casi 31.000 palestinos han muerto y se teme que haya miles de cadáveres más enterrados bajo los escombros.
La guerra fue desencadenada por un ataque de Hamás el 7 de octubre contra el sur de Israel, en el que murieron 1.200 personas y 253 fueron tomadas como rehenes, según los recuentos israelíes.
En Tel Aviv, miles de israelíes asistieron a dos concentraciones semanales. En una protesta antigubernamental, algunos manifestantes bloquearon una autopista y fueron arrastrados por la policía. La otra fue protagonizada por familiares de rehenes que pidieron la liberación de sus seres queridos.
«El dolor y la rabia todavía corren por mi sangre», dijo Agam Goldstein, una adolescente liberada de Gaza con su madre y dos hermanos en noviembre, dirigiéndose a la concentración de rehenes. «Pero debo dejarlos a un lado y dirigirme a ustedes, Hamás: si les queda algo de humanidad, liberen a los rehenes».
RÁFAH
Intensificando la presión sobre la última zona de Gaza que aún no ha invadido con fuerzas terrestres, Israel atacó una de las mayores torres residenciales de la ciudad meridional de Ráfah.
El edificio, de 12 pisos, resultó dañado en el ataque, y los residentes dijeron que decenas de familias se quedaron sin hogar, aunque no se informó de víctimas. El Ejército israelí afirmó que Hamás utilizaba el bloque para planear atentados contra israelíes.
Uno de los 300 residentes de la torre, situada cerca de la frontera con Egipto, dijo a Reuters que Israel les dio un aviso de 30 minutos para que huyeran del edificio por la noche.
«La gente se sobresaltó, bajó corriendo las escaleras, algunos se cayeron, fue un caos. La gente dejó sus pertenencias y su dinero», dijo Mohammad Al-Nabrees, añadiendo que entre los que tropezaron por las escaleras durante la evacuación presa del pánico estaba la esposa embarazada de un amigo.
El ataque hizo saltar las alarmas entre los residentes ante la posibilidad de un asalto israelí más amplio a Ráfah, donde se refugia más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza.
El sábado, Hamás dijo que cuatro rehenes israelíes habían muerto en ataques israelíes en el enclave, aunque no ofreció pruebas. El ejército israelí, que declinó hacer comentarios, ha dicho anteriormente que tales videos de Hamás eran una guerra psicológica.
La ofensiva israelí ha sumido a Gaza en una catástrofe humanitaria. Gran parte del enclave costero está reducido a escombros y la mayor parte de su población está desplazada, y la ONU advierte de enfermedades y hambruna.
El número de muertos por desnutrición y deshidratación ha aumentado a 25 en Gaza, según ha declarado Ashraf al-Qidra, portavoz del Ministerio de Sanidad de Gaza, entre ellos tres niños que murieron de deshidratación y desnutrición en el norteño hospital Al Shifa durante la noche.
Un barco cargado de suministros de ayuda para Gaza se disponía el sábado a zarpar desde Chipre. La Comisión Europea ha declarado que un corredor marítimo de ayuda entre Chipre y Gaza podría empezar a funcionar ya este fin de semana en un proyecto piloto dirigido por una organización benéfica internacional y financiado por Emiratos Árabes Unidos.
(Reporte de Nidal al-Mughrabi; reporte adicional de Noele Illiene, Gabrielle Tétrault-Farber, Adam Makary, Henriette Chacar y Maayan Lubell; Editado en Español por Ricardo Figueroa)
